Una de las técnicas fisioterápicas nombradas anteriormente es el Pilates. Esta técnica además de ser utilizada en muchos de los tratamientos individuales, se imparte en grupo. Se ha organizado un grupo de seis personas con el mismo grado de afectación aproximadamente, que reciben dos clases a la semana de una hora cada una. Con este tipo de clases, además de obtener los beneficios propios del Pilates, los alumnos favorecen las relaciones personales realizando un tipo de rehabilitación activa en un ambiente distendido y ameno.

  • Mejorar los problemas de postura.
  • Aumentar la fuerza y la estabilidad.
  • Prevenir leisiones y mejorar las ya existentes.
  • Realizar movimientos más fácilmente.
  • Aumentar la concienca del cuerpo, es decir, ayudar a que cada uno conozca todas las estructuras que componen su cuerpo y cómo protegerlas.
  • Conseguir que las articulaciones no sufran impactos.
  • Mejorar el equilibrio, la coordinación y la circulación.
  • Aumentar la flexibilidad de toda la musculatura, pues durante la clase se realizan múltiples estiramientos.
  • Prevenir la incontinencia urinaria, por la potenciación y control de la musculatura perineal.
  • Mejorar la capacidad de concentración, por lo que igualmente está indicado para personas con problemas psicológicos.