Actualmente la EM se clasifica en tres grupos en función de la actividad clínica y radiológica de la enfermedad y la posible progresión o no de la misma:

Esclerosis múltiple remitente recurrente (EMRR).

 

Este tipo afecta en torno al 85% de las personas con EM. De hecho, es la forma de inicio más frecuente de la enfermedad.

 


  

Las personas que se incluyen dentro de este grupo tendrán brotes imprevisibles donde pueden aparecer síntomas en cualquier momento (tanto nuevos como ya conocidos). Los síntomas pueden durar desde días hasta semanas y luego desaparecer. En otras ocasiones el paciente quizá no presente síntomas, sin embargo, pueden estar produciéndose lesiones inflamatorias en el sistema nervioso central, es lo que se conoce como actividad subclínica de la enfermedad.

En este tipo de EM, durante los periodos entre recaídas no se observa un aumento de la progresión de la discapacidad.

 


 

Esclerosis múltiple primaria progresiva (EMPP).

 

Es menos frecuente que la remitente recurrente. De hecho, inicialmente afecta solo al 10% de todos los pacientes con esta enfermedad.TiempoTiempo.

 

Los brotes pueden o no aparecer, pero son menos frecuentes que en el anterior tipo. Se caracteriza porque hay una progresión de la discapacidad desde el inicio que se mantiene de forma continua o gradual.

 


 

Esclerosis múltiple secundaria progresiva (EMSP).

 

Por último, la esclerosis múltiple secundaria progresiva (EMSP) surge cuando entre la aparición de brotes, el grado de discapacidad persiste y/o empeora. Los pacientes llegan a este tipo avanzado de EM después de una fase recurrente-remitente.

 

Aproximadamente entre un 30-50% de los pacientes que comienzan con la forma recurrente-remitente de la EM, suele desarrollar la forma secundaria progresiva con o sin brotes.

Fuente: Libro “Cuestiones más frecuentes de Esclerosis Múltiple” realizado con el apoyo y colaboración del Dr. Ángel Pérez Sempere