En general, el envejecimiento normal en la edad adulta causa alrededor del 30-40% de las dificultades a la hora de comer, y aproximadamente el 60% de los casos se dan en personas institucionalizadas.
Ahora bien, si nos fijamos en los porcentajes en función de las patologías, podemos encontrar que la disfagia aparece
- Entre un 25- 65% de los casos de personas con Traumatismo craneoencefálico (TCE) crónico.
- En un 6% de personas con Accidente Cerebro vascular (ACV) crónico y en un 40% de personas con ACV agudo.
- Alrededor de un 60% en personas con Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) Espinal y en un 100% de personas con ELA Bulbar.
- Entre un 35-45% de personas con Parkinson.
- Y entre un 40-50% de personas que padecen Esclerosis Múltiple.
Debido a la incidencia de los trastornos en la deglución, y a la importancia de dicho proceso en la vida de los seres humanos, son distintos los especialistas (médicos, enfermeros, logopedas, terapeutas ocupacionales, nutricionistas…) que pueden tratar esta patología, con el fin de acompañar y ayudar a mejorar la calidad de vida de las personas que la padecen. De modo que existen diversas herramientas que se pueden utilizar para tratarla.
Puesto que la intervención logopédica va dirigida a la reducción de las aspiraciones, así como a la optimización de la hidratación y nutrición de las personas que la padecen, algunas de las herramientas que están a su disposición son:
- La modificación de la consistencia de los alimentos (adaptación de las texturas).
- La modificación de la postura a través de los cambios posturales, que disminuyen hasta un 25% las aspiraciones.
- El uso de las maniobras deglutorias.
- De la terapia miofuncional.
- Del incremento sensorial.
- Electro estimulación.
- Vendajes neuromusculares.
- E informar sobre el control del entorno y del alimento… entre otras.
También puede informar al paciente y/o a sus familiares sobre la necesidad de visitar al médico de cabecera, con el fin de que este realice un seguimiento respecto a la pérdida de peso, por si fuera necesario el uso de suplementos dietéticos o el cambio de la alimentación oral por la enteral (uso de sonda nasogástrica o sonda PEG), o parenteral (nutrición intravenosa), en los casos de disfagia más severos.
A continuación se muestra una tabla informativa sobre el tipo de consistencia de algunos alimentos. Sin embargo, si usted tiene disfagia, cabe mencionar la importancia de acudir a un especialista que le oriente a la hora de adaptar, de manera individualizada, la consistencia del alimento y su textura, ya que dependiendo de los distintos síntomas y por tanto, de donde se produzca la alteración, son recomendables un tipo de texturas u otras para favorecer una deglución segura y eficaz.