¿Sabías que la laringe está compuesta por 6 cartílagos (la epiglotis, los aritenoides, los cartílagos Santorini y Wrisberg, el tiroides y el cricoides), un hueso llamado hioides, 13 músculos, 4 membranas y 3 ligamentos? A pesar de su pequeño tamaño, se trata de un órgano complejo que requiere una coordinación muy precisa para ser capaz de cumplir con las funciones motoras que se describen a continuación, y para las cuales es necesaria una adecuada función sensitiva.
La primera función motora de la que se va a hablar, es de gran relevancia ya que tiene que ver con la protección de la vía respiratoria y por tanto, con evitar el paso de los alimentos hacia los pulmones y la aparición de posibles neumonías. A nivel filogenético es tan importante, que ya en los primeros mamíferos inferiores y en los anfibios se pueden encontrar una epiglotis y una úvula, que a diferencia de los humanos adultos, se superponen creando dos pasos independientes en relación con la deglución y la respiración. Lo mismo ocurre con los bebes de la especie humana, cuya estructura laríngea permite al bebé respirar y tragar a la vez. Sin embargo, a medida que el recién nacido crece y su laringe madura, ésta desciende, separándose la epiglotis y la úvula. Esta nueva organización, a pesar de que hace más peligrosa la deglución, permite la fonación, de la que se hablará más adelante.
En segundo lugar, nos encontramos con la función respiratoria de la laringe. En este sentido, nos encontramos con que durante la inspiración se observa un movimiento de apertura (abducción) de los cartílagos aritenoides y en consecuencia, de las cuerdas vocales, permitiéndose la entrada de aire a los pulmones.
En tercer lugar, se destaca la tercera función laríngea, denominada esfinteriana, que permite la realización de esfuerzos físicos, durante los cuales se produce un colapso respiratorio.
Por último y en cuarto lugar, se encuentra la función de la laringe más reciente en la evolución del ser humano, la fonatoria. Esta nueva función tiene un rol muy importante a nivel social, ya que nos permite la comunicación a través del habla.
Finalmente, mencionar que la neuroanatomía de la laringe, es en cierto modo responsable de que se puedan llevar a cabo las funciones descritas anteriormente, por lo que en función del trastorno neurológico y del caso particular de cada persona, puede dar lugar o no, a una alteración, en mayor o menor medida, de la deglución, la respiración y el habla de las mismas.
SERVICIO DE LOGOPEDIA/ADEMTO