Aunque todo el mundo tiene periodos de encontrarse mal, el trastorno depresivo se caracteriza por la presencia de varios síntomas durante al menos 2 semanas y, que además, deben influir en la vida cotidiana de la persona. Algunos de los síntomas más típicos que nos encontramos en personas con depresión son:
- El estado de ánimo depresivo durante la mayor parte del día.
- La pérdida de interés o de la capacidad para sentir placer con las cosas que antes se disfrutaba.
- Aumento o pérdida de peso importante y/o del apetito.
- Insomnio o hipersomnio
- Fatiga, aunque en este caso también está relacionado con los síntomas propios de la EM.
- Sentimientos de inutilidad o de culpa excesivos o inapropiados.
- Disminución de la capacidad para concentrarse, también relacionado con síntomas propios de la EM.
- Pensamientos recurrentes de muerte o ideas de suicidio.
Es verdad que las personas que tienen Esclerosis Múltiple son más propensos a padecer depresión que aquellas personas que no tienen una enfermedad, en parte es normal. No es fácil afrontar un diagnóstico de una enfermedad crónica, que no sabes cómo va a evolucionar exactamente pero que te han dicho que va a ir a peor. Es fácil que en esta situación uno anticipe el futuro, se compare con los demás, tenga una época de rabia, tristeza, enfado, etc.
La depresión suele ser una reacción que suele darse tanto en el momento del diagnóstico de la enfermedad como cuando se observa un empeoramiento de los síntomas. Pero es importante permitirse llorar, darse un tiempo y centrarse en aquello que se mantiene y no tanto en las pérdidas. Es cuestión de supervivencia. Si nos centramos constantemente en aquello que ya no podemos hacer vamos a generar una emoción negativa, por ejemplo, si pienso “cuando voy a comprar ya no puedo traer más de dos bolsas porque no puedo cargar con ellas”, probablemente sintamos una mezcla entre rabia, indignación y frustración, en cambio si el pensamiento fuese “como sé que no puedo coger mucho peso voy a comprar lo que necesito cada día” entonces tendríamos emociones neutras y nos ayudaría a mantener el estado de ánimo y la autoestima. Esta última forma de pensar se acerca más a una persona que acepta su situación y que busca una solución sin quedarse encerrado en el problema en sí.
¿Cuál es la causa de la depresión?
A día de hoy no se sabe cuáles son las causas de la depresión en Esclerosis Múltiple aunque sí hay diferentes postulados.
- Por un lado tenemos las causas de origen endógeno: con esto nos referimos a aquellas teorías que postulan que el origen de la depresión está causada por factores biológicos. En este caso, se debe a la alteración del sistema neural y/o del sistema inmunológico afectando así, a la regulación emocional. Se ha descubierto que hay una relación entre ciertas lesiones desmielinizantes observadas en determinadas regiones cerebrales y la presencia de síntomas depresivos.
- Por otro lado se encuentran las causas de origen exógeno: este tipo de depresión vendría dada por factores externos o medioambientales, como puede ser un desengaño, la pérdida de empleo o, en el caso que aquí nos acontece, el diagnóstico de una enfermedad o su evolución, donde influye el momento del diagnóstico, la inseguridad ante el pronóstico, la incapacidad física y/o cognitiva, el deterioro de la calidad de vida, etc.
Probablemente la depresión en una enfermedad de este tipo venga dada por una combinación de ambos factores: el difícil acontecimiento a tener que afrontar y los factores biológicos propios.
Y lo que es más importante: ¿cómo se trata este problema?
Normalmente, la mayoría de los episodios depresivos no suelen ser permanentes en personas con Esclerosis Múltiple y lo adecuado es realizar un tratamiento personalizado. Hay dos vertientes: la farmacológica y la psicológica.
En cuanto a la parte farmacológica nos encontramos con los antidepresivos, los más habituales suelen ser el citalopram, la fluoxetina o la paroxetina. Estos medicamentes suelen tardar un mes en hacer efecto y sus efectos secundarios pueden ser variados: sequedad bucal, somnolencia, estreñimiento, etc., que pueden beneficiar a aquellas personas que tienen problemas para conciliar el sueño, dolor neuropático o una sobreactividad de la vejiga.
A nivel psicológico, hay que identificar cuáles son los síntomas y pensamientos que cada persona tiene viendo qué áreas son las afectadas (emocional, personal, sexual, laboral, social, familiar, etc.), ver cómo afrontar estos problemas buscando una alternativa, para así poder dotar de recursos y estrategias a la persona que de cara al futuro también le puedan servir. Por ello suele ser importante y más completo realizar este camino de la mano de un especialista, porque ayuda a ver las cosas bajo otro prisma, a dar importancia a aquellas cosas que son las importantes, ayuda a reducir el malestar que podemos sentir cuando no podemos realizar todo aquello que nos proponemos, a reestructurar esta clase de pensamientos, etc.
Artículo publicado por el Departamento de Psicología de ADEM-TO