Y es que es verdad. Nos encontramos infinidad de veces artículos colgados en la red, que la mayoría de las veces llegan a nosotros sin buscarlo, con un título muy llamativo “las 5 claves para ser feliz”… pinchas, y te lleva a un artículo con un inicio que te da de bruces con la realidad, la gente no es feliz porque queremos llegar a todas partes, que todo nos salga bien y al final lo que nos encontramos es una sociedad estresada… y después te aconsejan que para ser feliz hay que cambiar de hábitos, ser más agradecido, tener tiempo para ti, disfrutar de las cosas, etc. ¿Cuántos de esos lectores que leen estos artículos harán ese cambio? Me pregunto yo… ¿no se frustrarán más al tener las claves de la felicidad en su mano y no conseguirlo? -reflexiono… ¿y la persona que escribe el artículo seguirá esos consejos y será una persona feliz o será uno más de los estresados? pienso después… ¿y tengo que hacer los 5 consejos todos a la vez? Buff!!. Y, por otro lado, ¿estos consejos sirven para todo el mundo igual? Algo me dice que no y que las cosas no las estamos planteando bien.
Además, si tú alguna vez has leído uno de estos artículos seguramente hayas leído solo una parte, ¡o quizás todo!, pero después cerramos la pestaña y seguimos viendo más noticias, lo cual prácticamente no procesamos la información de manera profunda, por lo tanto apenas somos capaces de recordarlo o de tenerlo presente para realizar ese cambio. Pero sí nos queda esa sensación de frustración por tenerlo a nuestro alcance (eso creemos) y no hacerlo.
Fijaos, todo cambio que queramos realizar en nuestra vida tiene que partir de una necesidad y, además, gran parte del éxito está en la motivación y, también es importante sentirnos capaces de poder realizar ese cambio, sentir que contamos con los recursos necesarios para hacerle frente o, sino, que lo aprenderemos. Siempre y cuando no supere nuestro umbral de estrés (miedo, angustia, frustración…) la predisposición será positiva.
Pongamos un ejemplo, una persona con esclerosis múltiple que empieza a tener problemas de equilibrio, que necesita un apoyo para andar. En su vida cotidiana se basta con apoyarse por las paredes de su casa para llegar a las diferentes habitaciones. Fuera de casa necesita ir acompañada de una persona. Rechaza el apoyo como un bastón porque tiene miedo de enfrentarse a ello, muy propiciado por lo que pensarán los demás, se siente muy observada. Sabe que necesita un cambio. Sabe, desde hace mucho tiempo, que estaría mejor con la ayuda del bastón. Esta persona tiene la necesidad de usar esta ayuda técnica, además tiene la motivación. ¿Qué falla? Su nivel de estrés ante el simple hecho de pensar en que necesita ese apoyo y lo que pensarán los demás supera su capacidad para hacerlo frente, se siente sin recursos. ¿Qué hay que hacer? Relajar, reducir su nivel de estrés ante esta situación.
Otra de las razones por las que no funcionan los consejos para ser feliz es que cuando los leemos parece que tenemos que hacer un cambio estructural de nuestra vida. De repente tenemos que incluir numerosas cosas y eso hace que enseguida perdamos el interés. Pedir perdón, hacer deporte, comer sano, dejar ir, etc., son numerosos y sustanciosos cambios, muy llamativos pero que no podemos incluir en nuestra vida de la noche a la mañana. ¿No sería mejor coger lo mejor de nosotros y potenciarlo? Si eres una persona amable, sé más amable. Si ya haces deporte, dedícale un poco más de tiempo. Y después, incorpora algo que realmente puedas realizar, que puedas dedicarle el tiempo que puedas y que realmente te interese. Uno de los ejercicios que provocan mayor bienestar a corto plazo es la meditación, porque ayuda a parar, a relajarse, a observarse a sí mismo, observar los pensamientos, las emociones… y que además, provoca cambios estructurales en el cerebro, lo cual también se nota un cambio a nivel personal, de encontrarse más tranquilo, ayuda a tomar decisiones con calma, etc. Otra actividad que te puede interesar es hacer deporte, cocinar más sano, dedicar más tiempo a los demás. Lo importante es que cada persona elija aquello que crea que puede realizar y le pueda beneficiar e irlo incorporando, sin presiones y sin juzgar.
Y, por último. Las expectativas. ¿Qué espero de mí si hago todas estas pautas que me están diciendo? ¿Cómo me imagino siendo feliz? Aquí a veces se generan unas expectativas demasiado altas visualizándote en un estado muy diferente al actual, creyendo llegar a todo con una energía y fortaleza nunca antes tenidas… y no, seguramente esto no vaya a ser así. Por eso es importante pararse a pensar y no generarse grandes expectativas. La felicidad no está en lo que nos rodea sino en cómo lo experimentamos, en lo que sentimos y pensamos acerca de nosotros mismos, de las personas, de los momentos que vivenciamos, etc.
Por lo tanto, potencia lo mejor de ti, no te presiones, cometerás errores pero no te sientas culpable, esta vez no…, poco a poco incorpora algo nuevo que te resulte importante y que realmente puedas alcanzar, cuenta con tu tiempo disponible, no sobrevalores la felicidad ni te generes falsas expectativas, sé realista, medita y reflexiona en un estado de calma, para ello practica relajación.