Lo primero que queremos es dar la enhorabuena a los autores del artículo. Es un estudio muy inteligente, muy interesante y muy barato, ya que se basa, en gran parte, en el análisis retrospectivo de historias médicas recabadas durante 20 años en el ejército americano.
El estudio parte del análisis de estos historiales de 10 millones de soldados americanos a los que se les hace un análisis de sangre al alistarse con el fin de determinar el virus del SIDA y a los que se les hace un seguimiento bianual durante todo el tiempo que permanecen en activo.
Al cabo de 20 años, únicamente 955 de los 10 millones desarrollaron esclerosis múltiple (EM). De estos 955, 801 tenían bien conservados las muestras sobrantes del seguimiento bianual. De estos 801, 800 eran positivos al virus de Epstein-Barr (VEB). ¿Es esto original? No. Ya se conocía esta asociación así como que la mononucleosis (enfermedad que produce el VEB) es un factor de riesgo para el desarrollo de la EM. Entonces, ¿cuál es la originalidad del estudio?
Aunque cuando somos adultos, practicamente el 95 % de la población tenemos el VEB, cuanto más jóvenes somos, mayor probabilidad de que aún no tengamos el virus con nosotros. Al ser muy jóvenes los reclutas, existía la posibilidad de que alguno de los 800 soldados con EM que tenían el VEB no lo hubiera tenido al alistarse, y quizá alguno de los análisis bianuales que se les hizo fuera de antes y después de infectarse y de antes y después de comenzar con la EM.
¡Pues sí! 35 de los 801 no eran positivos al VEB al alistarse. De estos 35, 34 seroconvierten, al cabo del tiempo, es decir, 34 se infectan con el VEB, y todos ellos presentan el virus antes de desarrollar la enfermedad, la cual debuta a los 5 años de media desde que se infectan. Comparan con soldados que no desarrollaron EM y que eran negativos al virus al alistarse y ven que se infectan un 50% de ellos pero ninguno desarrolla la EM. Tras un análisis estadístico los autores indican que presentar el VEB hace que aumente en 32 veces la posibilidad de desarrollar EM!!! Esto no lo vieron analizando otras infecciones como la del citomegalovirus, luego consideran que es específico del VEB.
Pero es que, además, a 25 de estos soldados les analizan en el suero guardado la cadena ligera de los Neurofilamentos (NFs) , un biomarcador muy prometedor en EM y que se sabe que puede dar muchas pistas de cómo va a ser la evolución de la EM. Bueno, pues estos 25 soldados tienen los NFs bajitos hasta que adquieren el virus, incluso antes de tener síntomas, lo que no ocurre en los soldados control que no tenían el virus y que lo adquieren con el tiempo y no desarrollan la EM. Así que parece que demuestran que tras contraer el VEB les aumenta el biomarcador prometedor para la monitorización de la EM durante la fase asintomática o preclínica de la EM.
Por tanto, concluyen con solo 25 o 35 casos, que adquirir el VEB está altísimamente asociado al desarrollo de la EM. ¡Súper interesante! ¿Es esto un macroestudio?… Sí por la muestra de origen, no para la muestra de la que extraen la gran conclusión del estudio (solo 25 o 35 soldados).
Pero…
¿Cómo llega la infección a convertirse en una enfermedad autoinmune contra el sistema nervioso? No se sabe
¿Todas las personas que tienen o tendrán el VEB van a desarrollar EM? NO. Más bien este estudio les dice a quienes no tengan el VEB que es muy probable que nunca tengan EM. Problema, el 95% de la población tenemos el VEB.
¿Significa esto que la EM es contagiosa!? NO
¿Podrían antivirales contra el VEB funcionar para mejorar o frenar o parar la EM? No se sabe.
¿Podría la vacunación contra el VEB servir para erradicar la EM? Teóricamente es posible, pero nos cuesta ser tan optimistas porque la EM es una enfermedad muy compleja.
Entonces… ¿Se ha encontrado la causa de la EM? NO. Lo que se ha descubierto (con solo, insistimos, 35 personas), que ser infectado con el VEB es un factor NECESARIO PERO NO SUFICIENTE para desarrollar la EM. Sin una carga genética adecuada (hay descritos unos 200 genes que pueden tener relación con el desarrollo de esta enfermedad y no todos confieren el mismo riesgo) , y/o posiblemente sin la exposición a otros factores ambientales (tabaquismo, baja exposición al sol, obesidad…), es muy posible que no se desarrolle. Cuando se sepa la interacción exacta de todo esto, entonces sí se estará más cerca de conocerse la causa de la EM.
Esperamos que os haya aclarado un poco las cosas.