A pesar de que en un 50% de los casos pueda aparecer disfonía en las personas que tienen Esclerosis Múltiple, la disfonía espasmódica es una afectación de la función vocal considerada poco frecuente.
Éste tipo de disfonía fue descubierta y descrita por primera vez en el año 1871 por Traube.
Más adelante fue denominada disfonía espástica por Schnitzler en el 1875. Sin embargo, algunos autores prefieren denominarla en su primera forma, evitando así una confusión del concepto de espasticidad, propio de determinadas lesiones orgánicas de origen neurológico.
La disfonía espasmódica se encuentra en el grupo de las distonías focales o funcionales (trastorno motor que se caracteriza por la presencia de contracciones musculares sostenidas y prolongadas que surgen al incitarse el movimiento y que por lo general, suelen cesar en reposo), por lo que en ella se identifican espasmos laríngeos o respiratorios que afectan al habla de manera imprevisible.
La distonía focal se considera una perturbación motora cuya explicación no se encuentra en la afectación de los órganos implicados en la función vocal, en este caso, ni tampoco en una alteración de la inervación de los mismos. Pero en la actualidad, la causa de qué produce la disfonía espasmódica es controvertida, de manera que nos encontramos con: autores que opinan que se relaciona con una afectación del sistema nervioso central, con otros que consideran que es de índole psicológica y con un tercer grupo que considera la posibilidad de que se puedan dar por ambas causas.
Con respecto al temperamento de las personas que la padecen nos encontramos con que muchas de ellas tienen un carácter voluntarioso, perfeccionista y/o combativo frente a las dificultades que aparecen es su vida cotidiana, así como intolerancia a los errores de los demás y/o de uno mismo. En otros casos, se ha encontrado que algunas tienen dificultad a la hora de expresar sus sentimientos u otras manifestaciones, ya sea a través del lenguaje verbal o no verbal.
Haciendo referencia a la historia clínica de los pacientes, mencionar que en algún caso se ha conocido que la persona en su infancia presentó torpeza motora, o bien que la disfonía surgió después de haber aparecido enfermedades relevantes e incluso después de haberse superado supuestamente, así como en otros casos lo ha hecho tras un traumatismo craneal también importante.
Además, se ha observado que la presencia de la disfonía espasmódica puede darse antes de los 20 años de edad, así como en la edad adulta, mientras que la distribución por sexos es similar en hombres y en mujeres.
Para terminar, algunas de las características vocales y del habla que se pueden observar, en función del tipo de disfonía espasmódica y de cada caso particular, son:
- Voz áspera, estrangulada, oprimida.
- Sensación de esfuerzo vocal.
- Sensación de timbre seco.
- Voz susurrada.
- Cambios bruscos del tono (a agudos).
- Sensación de vibración e irregularidad de las cuerdas vocales.
- Momentos en los que la voz es normal.
- Timbre nasal.
- Situaciones en los que la frase, la palabra o la sílaba se queda entrecortada.
- Espacios cortos de tiempo (segundos) en los que puede aparecer una afonía parcial o completa.
- Las perturbaciones motoras se mantienen o agravan cuando la persona presta atención a sus dificultades.
Otros aspectos menos frecuentes que pueden aparecer en este tipo de disfonías son: contracturas abdominales, dolor en la articulación o al deglutir.
Artículo publicado por el Departamento de Logopedia de ADEM-TO